25.2.10

Mañana de un Domingo.

Se levantó y dirigió sus pasos a la cocina. Una vez allí, abrió la nevera pero no encontró nada interesante.
Abrió un pequeño armario al lado del fregadero.
Whisky.
Cogió la botella y un vaso. Lo miró durante unos segundos y lo volvió a guardar.
Quitó la tapa y la tiró. La botella estaba medio llena, se la arrimó a los labios y bebió.
Durante unos instantes parecía tan ansiosa que no se sabía por qué bebía con tanto desasosiego. Tiró la botella, ya vacía y se deslizó hasta el baño. No le hacía falta peinarse, pero se quitó el maquillaje corrido por la almohada.
Miró la hora; 7:32. Cogió las llaves y algo de dinero, con la camisa de cuadros, los tirantes y la falda, las botas bien apretadas por si tuviera que dar patadas.
Sin saber cómo, llegó a un 24h y compró tabaco, una pizza carbonara y una botella de ron.
¡Pobre de ella! Tan sola, tan sola...

23.2.10

¿Qué es lo que más feliz te ha podido hacer en la vida? ¿Qué es la felicidad? ¿Qué es el cosquilleo del estómago? ¿Qué significa querer u odiar? ¿Qué es la piel de gallina por una mirada? ¿Qué es sonrojarse?
¿Por qué todo eso? ¿Por qué el ser humano es tan complicado? ¿Por qué la gente no se da cuenta de que el amor son todo conexiones del cerebro? ¿No se da cuenta de que ningún animal se enamora, excepto el ser humano? ¿Y que eso es por ser el animal más inteligente? ¿No se da cuenta de que se destroza así mismo por ser inteligente, por tener un cerebro?

17.2.10

Ha sido porque sabía que tú me mirabas, mi valor surge porque tú me observas. Me crezco porque te veo tan perfecto, tan sumamente elegante y armado de valor hasta el cuello, que yo también quiero eso. Quiero ser como tú, saber qué hacer en cada momento y saber cómo actuar, ser valiente y hacerme valer ante el mundo. Que la oscuridad no me de miedo, que nadie ni nada me dé miedo. Que estar sola, no me de miedo. Que no saber pelear, no me de miedo. Que la adrenalina al subir no me haga sentir miedo. Porque ya que no tengo nada más que perder, por qué no perder también mi miedo. Por qué no ser tan perfecta como tú, si yo sé que algún día podré.

7.12.09

Lily siempre era algo borde, algo cortante, algo desconfiada. Porque sabía que así nadie le haría daño, o eso pensaba. Se tomaba chupitos de tequila los sábados a la mañana; aunque tuviese resaca. Así se le quitaba.
- No deberías beber tanto- le dijo Matt.
- ¿Por qué?
- Porque te haces daño, bebe de vez en cuando solo.
- No me conoces lo suficiente como para decirme lo que tengo o no que hacer.

Matt se fue. La persona que Lily pudo querer más en su vida se fue. Por culpa de ser tonta, por ser desconfiada y por no pensar antes de hablar.
Una bala cruzó el pecho de Matt y ella nunca pudo decirle un te quiero, ni darle un abrazo, ni un beso, ni acariciar su piel un sábado por la mañana -después de haber hecho el amor- y por supuesto, sin poder pedirle perdón.

Así que, arrepentida toda su vida... volvió a beber otra vez.

No.

- Lily... Corre, vete a tu casa...
- No me voy a ir.
- Por favor, vete. Son peligrosos.
- No te voy a dejar aquí.
- Son nazis, me quieren pegar y a tí también.
- ¡Me da igual! No me voy a ir.
- ¿Por qué?
- Porque te quiero.

9.9.09

- Eh... ¿se pondrá bien Val?
- Claro que sí.
- Mmm... la quiero mucho.
- Lo sé.
- Espero que no llegue ese día.
- ¿Qué día?
- En el que me revele contra todos vosotros.

29.8.09

Salir




















Salió a la calle, harta de las criticas, de los comentarios por lo bajo. Salió a la calle, con su pelo rapado por detrás de las orejas y los mechones largos que tanto le gustaban a él. Ella salió a la calle, escuchando gritos de desdén que articulaban su nombre con desprecio. Gritos de gente libre en sus propias jaulas. Julia se sentía bien, porque ella no tenía una jaula. Por supuesto que hacer lo que quieres no es ser libre de verdad. Es otro tipo de libertad. Tenía derechos y deberes. Y salió a la calle para acallar aquellas voces que la recriminaban, que recriminaban a todos los seres libres.